Una mañana en el Psiquiátrico...

Siempre me han dicho que estoy loco, pero nunca pensé que tanto...

Era una mañana, que debería haber sido una mañana cualquiera, pero el sol me quemaba los ojos, en los cuales mis ojeras se acrecentaban porque no había dormido...

Es que si hubiera sabido acabar conmigo, jamás hubiera tomado una sobredosis de pastillas para no dormir (idiota fue eso de mi parte)...

Las cosas pasaron muy de prisa, al punto que casi nadie se enteró de mis planes, y quienes lo supieron, lo supieron tarde, cuando ya no podía cometer tonteras, porque ya estaban hechas, y se me comenzaba a dormir el cuerpo...

Con los temblores que casi me hacían caer salí de mi casa, rumbo al colegio, rogando por una solución, porque solo no me atrevía a llegar (que clase de suicida hubiera sido)...

La presencia de Alejo que estaba de turno me alivió la carga, y creo que nunca le tomé el peso a lo que hice hasta la mañana, cuando después de muchas horas sin pegar un ojo, culpa del maldito Modafinilo, y una sonda que de mi nariz llegó a mi estómago, más un desfile de enfermeras que en cualquier situación hubiera joteado (sobre todo a la de la mañana)...

Esa mañana, llena de sol, y en compañía de mi nuevo amigo adicto al diluyente, nos subimos a una ambulancia y partimos al psiquiátrico, cerquita de mi casa, para vivir lo que nunca debería haber vivido...

Llegar a ese ambiente a atenderme fue entristecedor, pero a la vez revitalizante... Me sentía en mi "salsa", porque hiciera lo que hiciera era el rey, pero también caía en la antinormalidad, lo que siempre había postulado a ser...

Un caballero que vendía galletas, y otros seres con notables deficiencias mentales llenaron mi mañana, que veía pasar lentamente entre los rayos de sol, y los ruidos de mi adorado colegio que estaba en recreo al ritmo de Supermerk2...

Pero el golpe, para el tipo seguro que llegó esa mañana, convencido de que reconociendo su error, le dirían que estaba bien, llegó junto al clon de Fabián...

El psiquiatra llegó, cerró su puerta, y luego me llamó...

Tras el discurso preparado por mí, excesivamente humilde y perturbador, me preguntó di tenía conciencia de lo que hice, y le dije que sí, y que estaba arrepentido...

En vez de valorar mi gesto, me contradijo, y sentenció que yo ya no sabía lo que hacía, porque llegar a este punto era una muestra que no me la podía con mi vida...

Y lentamente, en sus palabras fui reconociendo lo que nunca quise ver... Que soy un inmaduro, y que yo mismo me negué a crecer, y que siempre preferí culpar al resto, antes de asumir mis errores...

Que no puedo cuidarme solo, y que si no puedo conmigo, menos podré con el resto... Y que el paso a dar es complicado, pero debo darlo... Que muchas veces me dirán que no, y tengo que acostumbrarme, porque un "no" es una ayuda a crecer en algunas oportunidades...

Y sobre todo, que mirando alrededor hay gente que me quiere, y me necesita... Gente que se la jugó por mí, y que si no fuera por ella, yo estaría mirando la noche en un cuarto de hospital, sumergido entre Dios y el Diablo, esperando no volverme más loco de lo que creí ser...

Por eso escribo sobre esta mañana, en que mi vida cambió... Esta mañana, que seguida a momentos cruciales en horas después, puedo decir que influye para siempre en mi existir...

Una mañana, para vivir...

PD: Agradecer a las personas que me ayudaron no está de más, y va para ellos todo mi cariño y afecto...
Alejo, que me fue a rescatar, y se preocupó por mí en las horas más álgidas de mi vida...
Fabián, que a pesar de lo cruciales de esos días estuvo conmigo, haciéndome sentir que nunca perdí a mi hermano adorado, porque hay lazos que se llevan en el corazón, como nuestra amistad...
Los chicos de Kraners (K-Priel, Heidy, Pinxeira, y Masa), que llegaron a mi casa en compañía de la "rubia debilidad" el Miércoles, con su tarjeta característica, y su forma de decirme que son mi familia, y que puedo contar con ellos...
Y sobre todo a mi mamá, que la hice sufrir demasiado con esta tontera, y que en todo momento se la jugó por mí... Como lo ha hecho toda mi vida... Ella me lo ha dado todo, y ahora me corresponde responder... Y mi respuesta va sin palabras...